Existe la creencia de que los pescadores mantienen una relación espiritual con el mar. El abuso de los recursos que este les ofrece mientras realizan sus actividades de pesca, es considerada una de las causas de que cientos de pescadores mueran diariamente en el ejercicio de su labor. A pesar de que el marinero muere ahogado en la profundidad y el bote se vuelve víctima del movimiento del mar, este no tenderá a hundirse, puesto que se voltea o nunca se llena completamente de agua, es decir, se mantendrá flotando en la superficie durante un tiempo y no funcionará como una señal para confirmar que su capitán desapareció durante la pesca.